¿Superstición?

En pleno fragor por la victoria de la Selección Española de Futbol en la pasada Eurocopa celebrada en Alemania muchos han sido los videos, ¨memes¨ y comunicaciones que se han hecho virales. Entre un sinfín de bailes de los miembros del equipo, desfiles de celebración o actuaciones improvisadas en la capital de España ha brillado con luz propia un momento de las muchas declaraciones que el seleccionador nacional, Luis de la Fuente Castillo, ha concedido tras regresar con el trofeo. En estas, y tras ser ampliamente conocida las creencias cristianas de De la Fuente, un periodista que manifiesta su ateísmo al realizar la pregunta, le interroga por el lugar que ocupa la fe a la hora de jugar la final de una Eurocopa, una cuestión a medio camino entre la sorpresa y la estupefacción. El argumento que arguye el periodista no es nuevo, de hecho, suele ser uno de los más utilizados a la hora del ataque a la fe, esto es, la superstición.

La superstición es una de las convicciones más antiguas en el ser humano y se basa en la creencia de que cualquier persona puede alterar su destino, de manera positiva o negativa, dependiendo de un acto que se considera a sí mismo como ¨supersticioso¨. Antropológicamente la superstición se asocia al denominado pensamiento mágico y por lo general suele estar asociado a personas de bajo estrato social. Aunque todos tendemos a formular manías que en algunos casos pueden rozar la superstición, en la actualidad superstición se aúna irremediablemente a falta de razón y por ende falta de interés o escasa valoración.

Lo más probable es que la señal de la cruz que Luis de la Fuente realizaba antes de cada encuentro de futbol, o las fuertes convicciones religiosas que ha manifestado abiertamente en los últimos meses, puedan haber sido entendidas como muestras de superstición, en una sociedad cada vez más descreída y racionalista que entiende la fe como una forma de ¨hacer que te pasen cosas buenas¨.

Así y todo, lo mejor de la rueda de prensa no fue la pregunta, sino la respuesta. En ella, el seleccionador viene a decir que la fe no es tan sólo un camino ¨para¨, sino un camino ¨con¨, ¨desde¨, ¨por¨ o ¨de¨, simplemente la fe es un camino. Un camino que se manifiesta en el acontecer diario y que se encuentra en los buenos momentos y en los malos, en los primeros puede ser muestra de agradecimiento y en los segundos forma de aceptación. La fe no es un cúmulo de gestos y acciones convencionales que debemos cumplir so pena de un mal irremediable, la fe es una vivencia interior que se manifiesta en formas exteriores más o menos elaboradas y una de las más sencillas es la señal de la cruz.

Entender la fe de esta manera no nos hace ser supersticiosos, simplemente nos acompaña cada día de nuestra vida, aunque en uno de ellos tengamos que jugar una Eurocopa.

GRUPO AREÓPAGO