Y de repente podemos teletrabajar

Llegó un virus y nos cambió la vida en muchos ámbitos, como es el laboral. El teletrabajo se ha hecho un hueco en estos días de confinamiento y puede ser que se asiente en el tiempo. A lo largo de los años hemos ido conociendo actuaciones, inventos y avances que han ayudado a que el trabajo se modernice y se realice de una manera diferente. Normalmente todos los avances laborales han mejorado la vida laboral de los empleados.

Así según distintas fuentes en los años 70, en plena crisis del petróleo el ingeniero americano, Jack Nilles, pensó en una solución para ahorrar combustible producido por los traslados de casa al trabajo y viceversa y así reducir costes, acuñándose desde entonces el término de teletrabajo.  Después el nacimiento de internet dos décadas después propició que el salto tecnológico fuera brutal facilitando que las conexiones fueran mejores y las nuevas tecnologías estuvieran en constante desarrollo. Gracias a internet y a las nuevas tecnologías es posible realizar teletrabajo. ¡El confinamiento hubiera sido de otra manera sin internet!

En el artículo El teletrabajo en España, publicado recientemente en el Boletín del Banco de España (2/2020) se indica que “según la Encuesta de Población Activa, el porcentaje de ocupados que, al menos ocasionalmente, trabajan desde su residencia ascendía al 8,3 % en 2019, lo que representa un crecimiento de 2,4 puntos porcentuales desde 2009”. El teletrabajo ha ido en aumento en los últimos años, dependiendo su crecimiento de la filosofía de cada empresa y del sector laboral donde se pueda realizar el trabajo a distancia.

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Pero no ha sido hasta ahora con el estado de alarma cuando nos hemos visto obligados mayoritariamente a teletrabajar. Y es que ,40 años más tarde de que el ingeniero americano Nilles pensara en esta solución, se ha demostrado que es eficaz y productiva esta forma de trabajar. Aunque quizás nos ha pillado por sorpresa, siendo para muchos empleados desconocido.

Al inicio de la crisis sanitaria parecía que no estábamos preparados para poder trabajar desde nuestros domicilios, pero los hechos han demostrado que sí. Con muchos errores, a veces sin medios ni recursos. Hasta la fecha en muchas empresas e instituciones el valor del trabajo presencial se consideraba mayor al valor que se hacía a distancia y se pensaba que el rendimiento era mucho menor. Se ha seguido con la antigua máxima de que lo importante era estar en la oficina, controlando el horario y calentando la silla, independientemente de los resultados que se tuvieran.  Sin embargo, estos meses de confinamiento han demostrado que quienes han teletrabajo su productividad no disminuido.

Esta modalidad de trabajo conlleva un cambio de mentalidad empresarial, laboral y personal; pues son muchas las ventajas para el empleado y para la empresa. Hay que aprovechar lo aprendido que ha sido mucho, y en estos duros momentos nos ha ayudado a conciliar la vida laboral y familiar, con mayor autonomía, más flexibilidad y suponiendo también menos costes para los negocios.

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Pero tampoco podemos olvidar que el trabajo a distancia es sinónimo de trabajar sin horarios, y estar 24 horas conectado, y por lo tanto hay que regularlo para que no se convierta en una forma esclavitud. Bienvenido teletrabajo, pero hay que revisar sus condiciones.

GRUPO AREÓPAGO

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