Odio es odio

Recientemente la Comisión Europea ha publicado una comunicación titulada: “Una Europa más inclusiva y protectora. Ampliación de la lista de delitos de la UE a la incitación al odio y a los delitos de odio” COM (2021) 777 final; y en esta iniciativa legislativa la Comisión Europea propone ampliar la lista ya vigente, ante el fuerte aumento de estas manifestaciones tanto en Internet como fuera de ella. Y es que la lucha contra la incitación al odio y los delitos del mismo forma parte de las prioridades de la Unión Europea para promover los valores fundamentales de la UE, porque actos y manifestaciones son contrarios a los principios de la UE. Los datos demuestran, según este documento, que el odio se está generalizando y por lo tanto debe combatirse con medios jurídicos.

Uno de los aspectos que la CE contempla en este documento COM es que la crisis de salud pública provocada por la pandemia del coronavirus ha contribuido a que la incitación al odio haya prosperado aún más en la sociedad,  dando lugar a más delitos de odio y de violencia, como se puede apreciar en las redes sociales y en los medios de comunicación. La sociedad está mucho más polarizada y el coronavirus en este aspecto ha incrementado las diferencias entre vacunados y antivacunas, entre negacionistas y los que no lo son; en muchos casos relacionados con movimientos ideológicos; diferencias sociales entre los que pueden acceder a sanidad privada o pública; diferencias entre los empresarios de la hostelería y ocio y los que no lo son;  entre países desarrollados y  los países en vía de desarrollo;  son algunos de los ejemplos que ponen de manifiesto la división de la sociedad y cómo en muchas ocasiones la tolerancia, la solidaridad,  la igualdad y el respeto e incluso la empatía no tienen cabida en ella.

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La emergencia sanitaria y la lucha contra la pandemia, están siendo larga y complicada; recordemos los primeros meses del 2020, en todos los países la tolerancia, la solidaridad, la ayuda entre vecinos fue sorprendente; sin embargo, ahora estos valores que se agudizaron en los primeros meses de la pandemia se han transformado en muchas ocasiones en insultos, animadversión e intransigencia.

La crisis sanitaria y económica actual está poniéndonos a prueba como sociedad. Todos debemos enfrentarnos a situaciones que antes nunca habíamos vivido, pero esto no puede hacer que olvidemos que los valores de justicia, respeto, solidaridad, fraternidad y empatía se olviden, y dejen paso a los discursos y delitos de odio ya sea por las razones que sea. Úrsula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea dijo en el discurso sobre el Estado de la Unión Europea que “odio es odio, y nadie tiene porqué soportarlo”. Porque como odio es odio todos estamos llamados a luchar contra esta nueva amenaza que está planeando sobre nuestra sociedad. Pongamos en valor iniciativas y estrategias que luchen contra manifestaciones que perjudican la convivencia de la ciudadanía.

GRUPO AREÓPAGO

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