El Fiscal General del Estado, figura garante de la legalidad, se encuentra por primera vez en nuestra democracia imputado por un presunto delito de revelación de secretos, por lo que ha sido llamado a declarar por parte del Tribunal Supremo, y sorprendentemente solo ha contestado a las preguntas de su propio abogado.
Respetándose el principio de presunción de inocencia del que gozan todos los ciudadanos, sin embargo, no deja de ser muy grave para el sistema judicial español que el Fiscal General se encuentre imputado de un delito, por la crisis institucional que conlleva y la desconfianza que genera en los ciudadanos y en el propio sistema judicial.
El Fiscal General es la máxima autoridad del Ministerio Fiscal, cuya figura está recogida en el art. 124 de la Constitución Española; el Ministerio Fiscal aparece definido en el artículo 1 de la Ley 50/1981, de 30 de diciembre, por la que se regula el Estatuto Orgánico del Ministerio Fiscal, indicando que tiene por misión promover la acción de la justicia en defensa de la legalidad, de los derechos de los ciudadanos y del interés público tutelado por la Ley, de oficio o a petición de los interesados, así como velar por la independencia de los Tribunales y procurar ante éstos la satisfacción del interés social.
El cometido del Fiscal es, principalmente, la defensa de la legalidad pública, con una particular incidencia en el ámbito del proceso penal, en el que cumple, además, la función de garantía formal de la contradicción dentro del proceso. Partiendo de esta base ¿Cómo puede mantenerse al frente de la institución un fiscal imputado por un delito cuando la función de la fiscalía es asegurar la legalidad e imparcialidad de los procedimientos judiciales? ¿Cómo se explica que el Fiscal General va a estar en el procedimiento judicial sentado delante de otro fiscal, con función de acusar si existen pruebas de delito, el cual a su vez depende por organigrama del acusado o investigado?
¿Estamos ante el inicio del fin del Estado de Derecho? La justicia española tiene en estos momentos un problema muy serio con repercusiones a nivel nacional e internacional difíciles de calcular.
GRUPO AREÓPAGO
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