La gran e inolvidable nevada –conocida como Filomena– que hemos tenido durante el segundo fin de semana de enero y el frío que ha hecho en la siguiente semana hace pensar si estos fenómenos climatológicos tan extremos son normales en esta época del año, o por el contrario son fruto del cambio climático. Las personas más mayores recuerdan que antiguamente hacía también mucho frío y nevaba con intensidad; en este 2021 no nos acordamos de que alguna vez ocurrieron estos fenómenos tan adversos -aunque ahora sea todo histórico- porque los últimos años los inviernos han sido más cálidos. En la sociedad existen los “negacionistas” de todo, de la pandemia, de la nieve que ha caído que dicen que es de plástico e incluso del cambio climático.
Pero es evidente y así nos alertan organizaciones como Naciones Unidas o la Unión Europea, que los efectos del cambio climático nos afectan a todos, y parece que cada vez tienen más consecuencias. Los fenómenos meteorológicos son más extremos; precipitaciones que provocan enormes e incontrolables inundaciones; las olas de calor son más fuertes; grandes nevadas en países donde apenas nieva; grandes sequías; o los continuos desastres naturales que se producen en el mundo. La propagación de enfermedades es otra de las consecuencias de este cambio. Y es que el clima está cambiando, y lo hace más deprisa de lo esperado, sin darnos tiempo a adaptarnos.
Las organizaciones y los gobiernos aprueban medidas de acción climática para luchar contra las amenazas provocadas por todos los fenómenos; y es necesario que todos los países cumplan las políticas que hagan frente al cambio climático para proteger los océanos, los glaciares, la naturaleza, el agua, los animales, los alimentos, las ciudades y por consiguiente nuestra vida y nuestra salud. Pero esta responsabilidad no sólo es de los dirigentes políticos y de los gobiernos, también lo es de cada ciudadano porque todos tenemos el deber de proteger y cuidar nuestro mundo y que en la medida de lo posible contribuir a que el impacto de los efectos del cambio climático sea menor.
Recordemos las palabras del Papa Francisco en la Encíclica Laudato Si: “Por eso, hay que mantener con claridad la conciencia de que en el cambio climático hay responsabilidades diversificadas […] Necesitamos fortalecer la conciencia de que somos una sola familia humana. No hay fronteras ni barreras políticas o sociales que nos permitan aislarnos, y por eso mismo tampoco hay espacio para la globalización de la indiferencia.” Nuestro mundo es la casa de todos. Cuidar del bien común es tarea y responsabilidad de todos, no sólo de unos pocos.
GRUPO AREÓPAGO
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