Hoy, 11 de marzo, celebramos el primer aniversario de la iniciativa Areópago. Un año cargado de artículos, de reflexiones conjuntas entre hermanos que, con la sencillez de David, se introducen en un mundo digital rodeados de «Goliats». Pero cabría preguntarse, para propios y ajenos, ¿cuál es la finalidad de Areópago?¿qué perseguimos y cuáles son los futuros retos que debemos afrontar?
En una era digital como la nuestra, abundan múltiples noticias y opiniones sobre diversos temas –vida, política, religión, educación, etc.– que, a pesar de su diversidad, muchas veces poseen un elemento común: proponer una determinada visión del hombre enmarcada dentro de los parámetros –de autor desconocido– de lo políticamente correcto. En medio de esta nebulosa nace Areópago, con una finalidad clara: ofrecer, a la luz de los principios de la Doctrina Social de la Iglesia, una visión en clave de fe sobre tales temas. Solemos decir en nuestro lenguaje cotidiano que «el que calla, otorga», y ciertos silencios frente a determinados temas por parte de los católicos, podrían considerarse una aceptación de opiniones no sólo contrarias a la naturaleza y verdad del hombre, sino también al mismo Evangelio.
Para romper este silencio mediático, vencer la oscuridad de una «dictadura del relativismo» y presentar a la sociedad la belleza y verdad de esa gran desconocida, la Doctrina Social, hace un año nació Areópago. Con medios sencillos, pretende ser voz que anuncie principios irrenunciables, luz que ilumine situaciones oscuras y confusas en la sociedad y manos que ofrezcan, desde el diálogo, una visión de la realidad basada en el Evangelio a todos aquellos que deseen acogerla. Si Goliat se enfrentó a David confiado en sus fuerzas, Areópago, consciente de su pequeñez, pretende romper el silencio con la seguridad de David, propia de aquel que se sabe apoyado en la búsqueda de la verdad.
Quienes formamos Areópago somos conscientes de que la fe puede iluminar situaciones, acontecimientos, retos que tenemos planteados como personas y como sociedad y ayudar, con ello, a la construcción del bien común. Felicitémonos todos por este primer aniversario.
Grupo AREÓPAGO
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