No es de hoy la preocupación de la Iglesia Católica por la degradación ambiental que está sufriendo nuestro planeta en los últimos tiempos. Pablo VI en el año 1972, en su famoso discurso en la Conferencia de las Naciones Unidas en Estocolmo sobre medio ambiente, señalaba la íntima relación que debe existir entre progreso y naturaleza. En dicho discurso advertía ya de la necesidad de un cambio de mentalidad en relación con el desarrollo técnico indiscriminado que ya se vislumbraba en aquellos momentos.
Desde dicha Conferencia hasta la Nueva Cumbre de la Tierra en 2012 pasando por el Protocolo de Kioto y la Cumbre del Milenio, entre otros encuentros de la comunidad internacional, se está desarrollando como “conciencia ecológica” una gran sensibilidad por las cuestiones ambientales. La Iglesia Católica mediante su enseñanza social contenida en las Encíclicas de los últimos Papas ha colaborado decididamente a la formación de esta “conciencia ecológica” advirtiendo que es necesario un cambio en el paradigma de desarrollo para que sea racionalmente sostenible y llegue a todas las personas.
La promulgación de la Encíclica del Papa Francisco“Laudato Si” que tanto impacto ha producido en todos los ámbitos de la sociedad mundial, es un nuevo aldabonazo a las conciencias. La propuesta del Papa de una ecología humanista inspirada en la cosmovisión cristiana de la vida es una de las aportaciones más importantes que se han hecho a todas esas iniciativas que hemos mencionado en relación con la protección de la naturaleza. Pero además, desde unas perspectivas bastante diferentes. Para el Papa, la crisis ecológica actual es esencialmente una crisis moral, generada por las agresiones de la acción humana al amparo de un desarrollo económico basado en la especulación y el dinero.
El ser humano, alimentado por la autosuficiencia tecnológica, ha perdido la conciencia de sus límites como creatura. “Hoy –dice el Papa- no podemos dejar de reconocer que un verdadero planteamiento ecológico se convierte siempre en una planteamiento social, que debe integrar la justicia en las discusiones sobre el ambiente, para escuchar tanto el clamor de la tierra como el clamor de los pobres”.
El cántico de las criaturas compuesto por San Francisco de Asís en 1224 es el marco poético, espiritual e ideal de la Encíclica que da sentido a toda la problemática ecológica actual.
Grupo AREÓPAGO
La crisis ecológica es realmente el resultado de una crisis moral