El patriotismo y el nacionalismo

El patriotismo y el nacionalismo son actitudes diferentes que pueden llegar a confundirse. En el libro “Imperiofobia y leyenda negra”, Mª Elvira Roca apunta que “el factor «anti» es una de las diferencias principales que existen entre el patriotismo y el nacionalismo. El primero puede existir por sí mismo y el segundo necesita de un enemigo, y si no lo tiene, lo fabrica”.

El patriotismo auténtico es el amor a la patria, la exaltación de los valores de la comunidad a la que se pertenece, el reconocimiento de las personas excepcionales que han fraguado su trayectoria y el orgullo de compartir una historia, una tierra y un destino.

El nacionalismo se nutre de una reivindicación, alimentada de una o repetidas afrentas que exigen reparación y compensación y generan un deseo colectivo de desquite, ruptura y venganza. A veces, el nacionalismo se disfraza de patriotismo y el resultado es devastador.

La historia de Europa está plagada de ejemplos de cómo el nacionalismo ha ido fraguando conflictos y guerras, desde el siglo XVI hasta nuestros días. El problema catalán y vasco en España, el Brexit en el Reino Unido o las tensiones entre regiones en Italia o Países Bajos son una buena muestra de la actualidad de este problema.

Pero la identificación del patriotismo con el nacionalismo provoca un problema aun mayor: los colectivos nacionalistas excluyen al resto por considerarles anti-patriotas y los no nacionalistas están tentados de rechazar el patriotismo y convertirse en apátridas afectivos, postura que les desarma frente al propio nacionalismo. En España, estas dos posturas están muy asentadas.

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El buen patriotismo es un antídoto del nacionalismo porque pone por delante los valores de tu tierra y reduce el peso de los reproches frente a otros. Por eso es inclusivo, uno puede ser un patriota catalán y al mismo tiempo un patriota español y un patriota europeo, si reconoce los valores de cada círculo social a los que pertenece. Y no es excluyente, porque no apoya su autoestima patriótica en los reproches a los otros, sino en sus propios méritos, y por eso es capaz de reconocer los valores de otras patrias.

GRUPO AREÓPAGO

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