Otro virus que se propaga a gran velocidad es el discurso del odio en los medios de comunicación. A menudo vemos en televisión, colaboradores de programas y contertulios que se dedican a descalificar, a humillar, a menospreciar o a comunicar información falsa sin contrastar; incluso últimamente a juzgar sin pasar por los tribunales creyéndose altavoces de lo que ellos consideran que es verdad, su verdad. Estas personas (cuya hostilidad verbal es asombrosa con sus discursos hirientes y ofensivos) tratan de destruir a aquel que creen que es el personaje del momento, el rival o al que tienen que hundir para poder ellos enriquecerse y ser más mediáticos.
Según la Estrategia y plan de acción de las Naciones Unidas para la lucha contra el discurso del odio ya no se trata de un fenómeno aislado sino que el odio se está generalizando. La Organización de Naciones Unidas considera “que discurso de odio es cualquier forma de comunicación de palabra, por escrito o a través del comportamiento, que sea un ataque o utilice lenguaje peyorativo o discriminatorio en relación con una persona o un grupo sobre la base de quiénes son o, en otras palabras, en razón de su religión, origen étnico, nacionalidad, raza, color, ascendencia, género u otro factor de identidad”.
El odio, en todas sus formas de expresión, se refleja cada vez más en programas de televisión de actualidad; antes era en los relacionados con el “corazón” pero ahora también son de contenido político y social, donde el “daño” hacia al otro se realiza explícitamente con expresiones peligrosas incluso con difamaciones y calumnias, llegando a crear animadversión y opinión entre los espectadores.
La mayoría de la normativa publicada para regular el discurso del odio en los medios de comunicación está relacionada con las redes sociales e internet. La Comisión Europea hizo público en 2016 el Código de Conducta para la lucha contra la incitación ilegal al odio en Internet y en marzo de 2021 el Ministerio de Educación y Formación Profesional presentó el Protocolo para combatir el discurso de odio ilegal en línea. Pero no todas las personas que ven televisión son usuarias de redes sociales ni de internet, y si son muchos los espectadores de televisión en los que día a día van calando mensajes de odio y de intolerancia hacia el otro. Según la web Statista.com, https://es.statista.com/estadisticas/476132/porcentaje-de-espectadores-de-television-en-espana-por-edad/ en 2020 “un 80 % de población entre 35-44 años y aproximadamente el 93% de la población mayor de 64 años vio la televisión en el país”.
Por esto es importante que las televisiones asuman compromisos que luchen contra las noticias y mensajes que inciten al odio, sobre todo cuando el derecho a la libertad de expresión se use indebidamente para sembrar la ofensa y dolor, con nuestras acciones, palabras y omisiones. Y es que con estas manifestaciones de incitación a la violencia y a la intolerancia, sean realizadas implícita o explícitamente, también se pone en peligro la paz de nuestra sociedad y en definitiva la dignidad de las personas.
GRUPO AREÓPAGO
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