Mediaset ha empezado a emitir lo que denominan una docuserie de diez capítulos acerca de la vida de Rocío Carrasco, con unos resultados de audiencia espectaculares, habiéndose iniciado su emisión con una serie de acusaciones de maltrato por parte de la Sra. Carrasco hacia su ex esposo D. Antonio David Flores.
Es claro que la violencia en las familias, por desgracia existe, y que tanto mujeres como hombres sufren sus consecuencias y no deja de ser una lacra social contra la que hay que poner todos los medios para su erradicación.
Sin embargo, ha sido manifiesto por las reacciones tras la emisión de los dos primeros episodios de esta llamada docuserie, que ciertos políticos, periodistas, psicólogos, abogados … están cuestionando decisiones judiciales en su día tomadas, basándose en el relato actual de esta señora, en lo que parece un circo mediático muy bien orquestado, poniéndose en duda la parcialidad de la justicia y pasando por alto el principio de presunción de inocencia de todo ciudadano que no haya sido condenado con sentencia firme por los hechos de los que se le acusa, como es el caso.
Expresiones como “justicia patriarcal” desvelan la clara ideología de género que subyace detrás de estas intervenciones mediáticas, donde subyace la venganza del si no he conseguido una condena por vía judicial voy a conseguir una condena social, voy en definitiva a vengarme aprovechando que soy mujer.
¿Es que ahora todo lo que relata una mujer por ser mujer tiene presunción de veracidad? ¿No es violencia contra el varón escupir públicamente acusaciones basadas en sentimientos o vivencias interiores sin más? ¿No sería mejor ayudar a esta mujer a salir de sus problemas psicológicos y psiquiátricos, a reconstruirse como persona, sea el motivo que fuere por el que esta mujer se encuentra en el estado actual que manifiesta ante las cámaras? Y si tiene hechos nuevos con indicios de delito ¿No será lugar un juzgado para dirimir el asunto en lugar de un plató de TV?
No es aventurado sostener que la ideología de género es la actual ideología del mal que va destruyendo al ser humano, que ataca a la familia, a la vida humana, y en definitiva a toda la sociedad. No dejemos que el sentimentalismo o el estar en contra de todo tipo de violencia nos lleve a entrar en el juego tan sibilino de esta ideología.
GRUPO AREÓPAGO
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