El bien de la asignatura de Religión

La Educación Pública es la herramienta con la que una sociedad prepara a sus miembros para incorporarse con solvencia a esa misma vida social. La sociedad ofrece a las nuevas generaciones “lo mejor que tiene”, para que los individuos puedan llegar a desplegar todo lo bueno que llevan dentro y así enriquecer a esa misma sociedad. La Escuela es una de las concreciones más claras del bien común como valor humano.

En España, desde que se inauguró la actual democracia, la asignatura de Religión Católica está presente en la Escuela. A nivel de destrezas intelectuales – o competencias básicas – es tan versátil que se enriquece con la contribución del resto de asignaturas y, a su vez, las refuerza.

El contenido específico de la asignatura lo marcan sus valores y su moral. Aquí se reporta sólo algunos de sus valores centrales: el valor sagrado de la vida humana desde su concepción hasta su fin natural, el carácter inalienable de su sed de verdad, de amor, de justicia, de libertad; su capacidad de trascender lo inmediato y de explorar las posibilidades razonables de vida eterna.

La libertad de conciencia se incorpora incluso estructuralmente debido a su carácter de elección libre de la asignatura.

Asimismo, las familias son atendidas en su derecho de educar a sus hijos conforme a sus propias convicciones, recibiendo el servicio de poder contrastar tales convicciones con criterios académicos.

Artículo relacionado:   Educar, esa misión difícil pero apasionante

El alumnado de Religión Católica toma los valores de la fe y reflexiona sobre ellos. Su trabajo es calificado y ellos en todo momento deciden libremente si tienen motivos o no para creer. En este sentido es llamativo constatar cómo alumnos de distintas confesiones cristianas o no cristianas cursan esta asignatura y de ella obtienen una buena experiencia académica y una mayor libertad de conciencia.

En definitiva, la asignatura de Religión Católica supone un gran bien para la sociedad. La futura Ley de Educación tiene como tema central degradar su valor académico. Ni siquiera plantea alternativas positivas a la misma para que la comunidad educativa pueda elegir entre dos bienes en situación de paridad – o igualdad.

Es asombroso que una sociedad quiera retirar un bien de su esfera pública a cambio de un vacío. Es asombroso que en la Educación Pública se pretenda dejar de educar.

GRUPO AREÓPAGO

Deja un comentario de forma respetuosa para facilitar un diálogo constructivo

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Orgullosamente ofrecido por WordPress | Tema: Baskerville 2 por Anders Noren.

Subir ↑